Tarareas aquella canción como de costumbre. La primera vez que la escuchaste, paseando por las calles céntricas de la vida, ignorantes y conocedores de ello, fue cuando la vimos.
Alguna cosa alejada de aquella realidad insoportable, nos hizo percatar en esa presencia. Nos dedicó una sonrisa y todo se volvió lento e invisible. Cuando la neblina se desvanecio ya estábamos de vuelta a casa, llenando incesantes de preguntas a todo lo que nos rodeaba.
Pero sólo estabas tú y mientras tu corazón abundaban interminables perguntas, tu mente sólo atendía a una , ¿por qué?. Solitario al caminar, de pronto el sendero se volvia pedregoso y duro de avanzar. ¿Por qué?.
Las dos palabras se repetian en un fastidioso bucle que parecía no conocer límites. Pero quisiste dárselos.
Poco a poco, te adentraste en su insólito mundo, te empapaste de las culturas que lo poblaban, la conociste.
Pensabas que tendrías suficiente pero todos sabemos que no es así. Tus cantidades numerosas de preguntas al aire solamente consiguieron crear una imagen que no existía.
Idolatrada en la sombra, pensabas que sabrías cómo era en realidad. Y, la imagen nacida de tu mente, se trasladó a tu corazón. Pero eso no lo supiste hasta después y ya fue tarde. Para salvarte, para regresar, para verte desde fuera.
Los pedazos cortantes de cristal se clavaban en ti como gotas afiladas, la imagen se había roto. ¿Por qué?. ¿Por qué?. ¿Por qué?.
- ¿Por qué?
- Se destruyó porque confundiste la realidad.
- No, ¿por qué sentí aquel día?.
- Porque no olvidaste la canción.
una imegn destruida por cortantes cristales,,
ResponderEliminarlo peor,, estaba en ti